Dirán que ya no van. Que son obsoletas. Pero soy de
las que creen que para planificar el porvenir hay que conocer el pasado y
analizarlo.
Sólo trato de acomodar, a la óptica de mi presente, lo
que han sido y han hecho los aborígenes y los paisanos en Argentina.
Equivocados, en oportunidades, pero en el momento histórico que toca vivir, los
hombres de hoy también se equivocan, tal como pasó entonces con ellos.
Nuestros colonizadores, nuestros inmigrantes, nosotros…
¿podemos, o como les sucedió a ellos toda vez que vieron pasar iniquidades, no estar
impedidos de modificar situaciones?...
Porque llevo juventudes acumuladas he visto a
dirigentes tropezar una y otra vez con las mismas piedras, por acción o por
omisión, con la mente y las conciencias, los más que los menos, detrás de
fantasías y también de corruptelas.
Los Gauchos de Testena fueron consecuencias de aquel
encuentro entre inmigrantes y nativos, paisanos sobrevivientes de aquellos
españoles que habían llegado primero a colonizar estas tierras.
Luego, inmigrantes y lugareños, sentaron las bases de
esta Argentina que no termina de madurar, que mira el pasado, pero no sabe cómo
adecuarlo al presente. Que sigue creyendo que aún hoy se limita al aborigen, al mapuche, al negro,
etc. etc.
No entienden que las ciudades, beneficiarias de aquel
pasado, se llevó aquel campo de entonces, testigo de correrías y desencuentros entre blancos y nativos.
Que la mística del chacarero inmigrante
ha desaparecido junto a políticos con principios.
Por eso elegí publicar estos poemas, que aunque nadie tal
vez los lea, honrará con la intención a ese pasado que dolió y duele, pero que creó
una República: ¡Argentina!
Folco Testena le escribió:
Al Gaucho Romántico: Santos Vega.
Al Gaucho Épico: Martín Miguel de Güemes.
Al Gaucho Terrible: Juan Manuel de Rosas.
Al Gaucho
Magnífico: Justo José de Urquiza.
Al Gaucho de Güiraldes: Don Segundo Sombra.
Símbolos de la Patria, glorias o mitos del pasado, que
volveré en el recuerdo.
1 comentario:
¡Avanti el gauchaje, Esperanza!
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