¡BIENVENIDOS AL BLOG DEL TALLER LITERARIO DESPERTARES!

Bienvenidos al blog del TALLER LITERARIO DESPERTARES de la Biblioteca Popular "Cultura y Progreso" de Morteros, Córdoba, República Argentina.

Este blog se inicia el 14 de junio de 2011 para publicar los trabajos de los participantes del taller, que funciona en la Biblioteca Popular "Cultura y Progreso".

Ilustración de la cabecera: "El desván de la memoria" de José Manzanares, creador de sueños, artista plástico de Linares, Jaén, España.

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sábado, 20 de diciembre de 2014

221. EPANADIPLOSIS Y ANADIPLOSIS, recursos literarios


La epanadiplosis es una figura retórica que consiste en repetir, al final de una oración, la palabra misma palabra con la que había comenzado, a fin de obtener un efecto expresivo.

Son ejemplos de epanadiplosis en la literatura hispanoamericana:
Verde que te quiero verde. (Federico García Lorca)
última amarra, cruje en ti mi ansiedad última. (Pablo Neruda)
Silencio de la noche, doloroso silencio (Rubén Darío)

Fuerte es la Parca, pero tú más fuerte;
no se debió a su golpe tu caída… Gabriel Bocángel.

Iguales somos en la esencia, iguales… Juan Meléndez Valdés, “La caída de Luzbel”.

¡Hurra, cosacos del desierto, hurra! José de Espronceda

El dueño de las tórtolas, el dueño… Rubén Darío.

¿Cómo era, Dios mío, cómo era? J. R. Jiménez

Verde que te quiero verde… Federico García Lorca.

Fuera menos penado si no fuera
nardo tu tez para mi vista, nardo,
cardo tu piel para mi tacto, cardo,
tuera tu voz para mi oído, tuera… Miguel Hernández.

Última amarra, cruje en ti mi ansiedad última. Pablo Neruda.

Se emplea en la prosa también; Francisco de Quevedo en su Vida de Marco Bruto lo combina con sus habituales paradojas:
Solamente los hechiceros de la ambición pudieron confeccionar corona que quitase corona, honra que atosigase la honra, vida que envenenase la vida, adoración que produjese el desprecio, aplauso que granjease odio.



La palabra proviene del griego επαναδιπλωσις, y tenía en esa lengua el mismo significado, a partir de otro anterior, de 'duplicación, reiteración'. Era equivalente a epanalepsis επαναληψσις, también recogida en castellano.
El vocablo griego, que nos llegó a través de los romanos, provenía del verbo anadiploun αναδιπλωυν 'doblar, plegar', a partir del adjetivo diplous διπλωυν 'doble'.


Anadiploun dio lugar también al nombre de otra figura retórica, la anadiplosis, que consiste en repetir la última parte de un grupo sintáctico de un verso, al comienzo del siguiente:

Oye, no temas, y a mi ninfa dile,
dile que me muero.
Esteban Villegas (s. XVII).

Mal te perdonarán a ti las horas;
las horas que limando están los días,
los días que royendo están los años.
Luis de Góngora, siglo XVII.

Oye, no temas, y a mi ninfa dile,
dile que muero. Esteban Manuel de Villegas

Abre, que viene el aire
de tu palabra… ¡Abre!
Abre, Amor, que ya entra… ¡Ay! Miguel Hernández.

Mi sien, florido balcón
de mis edades tempranas,
negra está, y mi corazón,
y mi corazón con canas. Miguel Hernández.

Yo escucho cantos
de viejas cadencias
que los niños cantan
cuando en corro juegan (...)
y dicen tristezas,
tristezas de amores
de antiguas leyendas. Antonio Machado.

Nadie ama solamente un corazón:
un corazón no sirve sin un cuerpo. J. M.ª Fonollosa, Ciudad del hombre, New York.

En el caso que solo se repita el final de la palabra se llama eco encadenado:

El Soberano Gaspar
par es de la bella Elvira
vira de amor más derecha,
hecha de sus armas mismas. Sor Juana Inés de la Cruz.

http://elcastellano.org
http://retorica.librodenotas.com/Recursos-estilisticos-sintacticos/epanadiplosis
http://retorica.librodenotas.com/Recursos-estilisticos-sintacticos/anadiplosis


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