Las cigarras, de nuevo, las cigarras rodearon mi casa, mientras yo caí en un profundo sueño y empecé a soñar que me encontré en un bosque encantado lleno de esos bichitos que emiten ruidos me atraparon sus voces, y comencé a luchar contra ellas ya que me envolvieron con su canto hasta convertirme en cigarra.
Al día siguiente me quedé a vivir en su mansión rodeada de flores y brisas del jardín pasé una jornada entera disfrutando de una vida nueva junto a ellas sorprendida de formar parte de su mundo.
Natalia Julieta Mandrile
Morteros, 18/06/2014
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