¡BIENVENIDOS AL BLOG DEL TALLER LITERARIO DESPERTARES!

Bienvenidos al blog del TALLER LITERARIO DESPERTARES de la Biblioteca Popular "Cultura y Progreso" de Morteros, Córdoba, República Argentina.

Este blog se inicia el 14 de junio de 2011 para publicar los trabajos de los participantes del taller, que funciona en la Biblioteca Popular "Cultura y Progreso".

Ilustración de la cabecera: "El desván de la memoria" de José Manzanares, creador de sueños, artista plástico de Linares, Jaén, España.

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jueves, 7 de julio de 2022

480. Cómo escribir haikus y poesía zen - Enrique Páez

479. ¿QUÉ HAGO SI ME SIENTO A ESCRIBIR Y NO SE ME OCURRE NADA?



 ¿QUÉ HAGO SI ME SIENTO A ESCRIBIR Y NO SE ME OCURRE NADA?

Magaly Castro         

http://www.escribeypublicaya.com/recursos.php


R/ Esta pregunta Magaly, es muy interesante porque es al final lo que los escritores consagrados denominan “el síndrome de la hoja en blanco” y absuelve de paso, otra inquietud que va pegadita a ésta: ¿Se debe escribir solo cuando llega la inspiración?


Picasso decía: “Cuando la inspiración llegue que me encuentre trabajando”, y esto lo que apunta es que hay que trabajar así estando la hoja al frente, no se me ocurra nada.


Pero con esto no habría resuelto tu pregunta. Entonces te doy esta clave:


Existen dos enfoques de escritura que se conocen como “de procesos y de contenidos” y surgieron precisamente de observar por qué  algunas personas podían escribir con facilidad sobre cualquier cosa y a otras se les dificultaba en grado sumo. Y lo que se halló es que las que podían escribir tenían “estrategia para hacerlo” y las que se paralizaban era que “no tenían una estrategia”.


Entonces, haciéndote un resumen, concluyamos así: Que si tú estás frente a la hoja en blanco y no se te ocurre nada, apliques  algunas de estas técnicas:


1.- Una tormenta de ideas o “brainstorming”. Lo que se te ocurra, ponlo en el papel. Sólo la idea, nada de párrafos ni de oraciones completas. Recurre a tu imaginación, a tus recuerdos, a tus experiencias, a tus estudios. Cualquier idea que se te ocurra, por loca que sea, ponla en el papel.


2.- Piensa en qué le gustaría leer a un público que tu desearas te leyera. Por ejemplo, personas de la tercera edad, mujeres sin hijos, hombres que han sido dejados por las mujeres, etc. Piensa en grupos de personas específicas, no importa su nacionalidad o idioma.


3.- Piensa en que cosas te han enseñado en tu vida, o en tus estudios, con las cuales tú no has estado de acuerdo, y cómo te gustaría que fueran o cómo te gustaría explicarlos a los otros. Puede ser sobre un valor – “hay que callarse y no decir nada ante los mayores porque así nos los enseñaron  nuestros padres”- sobre una creencia, - “no hay que entregar todo el amor porque los hombres/ las mujeres no lo valorizan”-, etc.


Esperamos que alguna de estas ideas te sirva.

 Bloqueo al escribir: detecta y supera tus puntos débiles de una vez por todas.

15 enero, 2018 By Alejandro Quintana 94 comentarios


Bloqueo al escribir

Se habla mucho del bloqueo al escribir o del miedo a la página en blanco, pero muchas veces no le queda claro al escritor cuál puede ser el origen de su bloqueo, ni se le da una posible solución.

Por ejemplo, un tipo de bloqueo al escribir puede darse cuando ya has escrito tu novela/relato/ensayo o lo que sea y a la hora de revisarlo nunca des la obra por terminada.

El exceso de perfeccionismo te impide avanzar en tu novela: revisas tantas veces lo que acabas de escribir, que terminar una simple escena puede llevarte días.

Ya no digamos un capítulo entero, ni toda la obra.

Veamos si te identificas con alguna de estas situaciones y luego vamos a ver por qué se dan y cómo superar ese dichoso bloqueo al escribir.

Pero, antes de nada, debes saber que todo esto son males que aquejan a escritores de todo tiempo y condición.

Otros muchos hemos pasado por eso antes, por eso cualquier bloqueo al escribir o problema de creatividad tiene solución: no necesitas agobiarte más de lo necesario.

Respira hondo y ahora sí, vamos a ver si te identificas con alguna o varias de estas situaciones:

Al cabo de unas pocas líneas o páginas ya no sabes cómo continuar porque te quedas sin ideas.
Al cabo de unos capítulos, la trama está tan embrollada que no sabes cómo salir de ciertas situaciones.
Revisas y cambias tantas veces lo que escribes que avanzas muy lentamente y te desesperas o frustras.
Empiezas con mucho entusiasmo y te vas apagando según avanzas.
Al día siguiente, todo lo que has escrito te parece malo y lo tiras a la papelera.
Tienes buenas ideas pero no logras transmitirlas de forma coherente o no estás seguro de estar haciéndolo.
Acabas contando una historia que nada tiene que ver con la que querías contar al principio.
Planificas tanto antes de escribir que nunca empiezas a escribir.
Te preocupa no tener ideas auténticamente originales y eso te cohíbe cuando escribes.
Piensas que lo que escribes es una pérdida de tiempo o que no interesa a nadie.
Bueno, pues he aquí el primer paso para solucionar cualquier bloqueo al escribir y enhorabuena por haberlo dado ya:

Identificar qué tipo de bloqueo estás sufriendo es lo primero para superarlo
Estos son los tipos básicos de bloqueo al escribir y algunas de sus variantes.

Suelen estar asociados a la tendencia psicológica natural del autor. ¿Te identificas con alguno de estos?

Bloqueo al escribir por atasco creativo
Descripción
Comienzas un texto y lo abandonas en algún punto, pasadas unas páginas o al cabo de unos cuantos capítulos.

No sabes cómo continuar porque se te han acabado las ideas, o bien te has metido en un embrollo narrativo del cual no sabes salir.

Estás sufriendo el clásico síndrome del escritor atascado.

Tipología 
¿Puede ser que en otros ámbitos de tu vida también predomine el caos?

¿Te dejas llevar muy a menudo por las emociones… muchas veces para arrepentirte después?

¿Cuando tienes buenas ideas no puedes evitar precipitarte y hacer algo con ellas, lo que sea?

¿Las ideas bullen en tu cabeza, pero te cuesta transmitirlas de manera organizada en un texto?

Si has respondido afirmativamente a más de una pregunta, lo más seguro es que seas una de esas personas que toman la iniciativa, que siempre están en movimiento y haciendo cosas, proponiendo actividades a sus amigos.

Te mueves de forma impulsiva y tu gasolina es el entusiasmo… a menudo un entusiasmo contagioso.

Pero, también muy a menudo, te cuesta mantener el entusiasmo mucho tiempo y cambias de planes y te entusiasmas de nuevo por otros planes y los vuelves a cambiar y… pero, en fin, tus amigos te adoran tal como eres.

No te pasa nada malo: eres una persona inquieta, extremadamente creativa, muy sociable y entrañable.

Si puedes canalizar toda esa creatividad y energía hacia la escritura, puedes escribir historias sorprendentes.

Aunque claro, también puede ser difícil para ti mantener el foco durante suficiente tiempo como para escribir una novela enterita de cabo a rabo. Si es así, aquí tienes el fabuloso…

Remedio de la abuela
Un buen remedio para superar este tipo de bloqueo del escritor puede ser planificar lo que vas a escribir.

Hay muchas maneras de planificar una novela, yo siempre recomiendo estos tres recursos IMPRESCINDIBLES y SUPERSENCILLOS para no abandonar al escribir una novela.

En pocas palabras: siéntate, respira hondo, ordena tus pensamientos y haz un resumen de la historia que deseas contar. Imagina que le cuentas una película a un amigo con todo detalle, final incluido.

Después divide este resumen por capítulos y luego divide cada capítulo en escenas.

Así tendrás mucho más claro lo que vas a transmitir antes de escribirlo y podrás anticiparte a lo que va a ir pasando en tu historia.

Si además de hacer esto eres capaz de crear una pequeña ficha de cada personaje principal de tu novela —basta con una minibiografía que defina sus principales rasgos—, será para quitarse el sombrero, seguro.

Variante común de la página en blanco
Sucede cuando no logras ni siquiera comenzar o bien el bloqueo al escribir te asalta muy pronto, tras la primera frase o párrafo.

Aunque hay varios motivos para encontrarte frente a la clásica página en blanco, a ver si coincides con algo de esto:

Sientes que quieres decir muchas cosas, pero cuando te pones a escribirlas no te fluye ninguna.
Quieres decir tantas cosas, que cuando te sientas a escribir no te decides por cuál de ellas empezar.
Sabes qué quieres contar pero, simplemente, tus palabras no fluyen.
Bueno, aparte de las recomendaciones anteriores, lo que puedes hacer es potenciar y estimular tu creatividad. Te recomiendo…

Llevar siempre una libreta encima —o tener la grabadora de tu teléfono siempre a mano—
y anotar cualquier idea que te venga a la cabeza, en el momento que venga.
Presta especial atención a aquello que te conmueve, por insignificante que te parezca: tu mente está gritando que ahí está el germen de una idea.

Agrupa y asocia ideas sueltas para crear algo nuevo con la mezcla.

Mira este divertido y a la vez interesante vídeo para saber cómo opera nuestro cerebro y estimular la creatividad.

Bloqueo al escribir por impulsividad desmedida
Descripción
¿Has sentido alguna vez que detestas lo que escribes y te enfadas contigo mismo?

¿Has enviado a la papelera alguna vez el trabajo de varios días, incluso de semanas o meses?

¿Escribes frenéticamente y en algún momento crees que estás escribiendo un sinsentido?

¿Empiezas con mucho entusiasmo y te vas apagando según avanzas?

De repente, un impulso se apodera de ti y necesitas vaciarte escribiendo. Y cuando ese arrebato cesa, dejas de escribir y eres incapaz de seguir creando. Como si toparas con un muro infranqueable.

Entonces te preguntas qué demonios pasa contigo, te frustras y culpabilizas por tu incapacidad para escribir.

¿Quieres saber por qué pasa esto y cómo remediarlo? Sigamos adelante…

Tipología
¿Eres una persona emocional, visceral y apasionada? ¿A veces te afecta en exceso lo que otros piensan o dicen de ti?

¿Te has sentido alguna vez un poco bipolar, pasando de estados creativos muy luminosos a otros oscuros de inactividad y apatía?

Si te identificas con estas descripciones y has respondido afirmativamente a varias de las preguntas, necesitas saber lo siguiente:

No te pasa nada malo: eres una persona sensible —puede que incluso altamente sensible—, la cualidad por excelencia de los creadores de arte.

La parte menos agradable de ser una persona sensible es la inestabilidad. Una persona que crea gracias a la intensidad de sus emociones se consume y agota en algún momento.

Sin embargo, existen diferentes enfoques y ángulos que nos permiten ver este supuesto problema como una serie de virtudes.

El ser sensible y actuar por arrebatos de súbita inspiración tiene muchísimas ventajas, aunque ahora no las veas. Permíteme que te cuente…

El remedio de la abuela
Si eres una persona sensible y creativa, también eres una persona que percibe detalles muy sutiles de la realidad que otros, simple y llanamente, no ven.

Estos sutiles matices que a otros pasan desapercibidos necesitas incorporarlos a tu escritura.

También eres una persona muy empática: gracias a esa capacidad para percibir lo sutil, eres capaz de comprender muy íntimamente las emociones y vulnerabilidades de los demás.

Comprendes por qué las personas actúan como actúan, qué les motiva, qué les asusta, qué objetivos persiguen…

Todo eso es ORO MOLIDO para usar en la creación de personajes.

Oro molido para crear historias con alma, sentimiento, profundidad y sentido.

Oro molido a la hora de escribir metáforas inspiradas e inspiradoras.

Por tanto, no te reprimas cuando sientas ese arrebato de sentarte a escribir. Es tu forma de crear, nada más. No la cuestiones, ni hagas un drama si algo no te gusta a la primera, porque nadie nace enseñado y escribir bien es cuestión de práctica, técnica y constancia.

La sensibilidad la llevas de fábrica, considérala un regalo de la vida.

No hay nada que corregir: tan solo necesitas comprender que
aquello que consideras una maldición es, en realidad, un don.
Confía más en ello. Si lo haces y esperas con paciencia a que te asalte otro impulso creativo, incluso si trabajas para potenciar tus estados de alta creatividad, verás cómo puedes continuar e ir avanzando.

De verdad: confía en que si has sido capaz de crear algo maravilloso una vez, serás capaz de seguir creando aunque en ciertos momentos te parezca que se ha acabado el combustible para siempre. No es así.

Y por si no te lo acabas de creer y necesitas soluciones más prácticas, no te preocupes que las tenemos 🙂

Te interesa conocer las siguientes…

Variante curiosa del creador impulsivo: el ansioso
Tienes arrebatos en extremo apasionados y momentos de gran euforia creativa.

Te lanzas a escribir como alma poseída por una fuerza sobrenatural, a menudo entras en una especie de trance.

Pero a medida que avanzas te vas diluyendo, apagando, consumiendo, hasta abandonar.

Luego relees lo escrito, te parece todo una gran mierda e incluso puedes llegar a deprimirte.

Es entonces cuando decides enviar a la papelera todo lo que escribiste, con gran sentimiento de frustración y de culpa.

Bien, pues antes de tirar nada de lo que escribes a la basura, guárdalo en un cajón.

Cuando haya pasado una semana, o el tiempo que consideres necesario para distanciarte emocionalmente de lo que escribiste —al menos un poco—, vuelve a leerlo con la intención de revisar y corregir.

Para ello te será útil esta serie de artículos para la revisión de textos literarios.

En resumen:

Necesitas diferenciar entre tu parte creativa y tu parte crítica:
ambas te ayudan a crear, cada una a su debido tiempo.
No destruyas tus textos: déjalos reposar unos días, ármate de paciencia y confía en tus cualidades, estimula tu creatividad.

Como dije antes, nadie nace enseñado, a pesar de algunos mitos sobre el oficio de escritor que corren por ahí y despistan mucho.

Otra curiosa variante: el exagerado
Te agotas mentalmente en una sesión presa de un desmedido, apasionado frenesí. Te obsesionas, te cuesta desconectar, incluso dormir.

Cuando por fin, presa del agotamiento, decides descansar, no puedes retomar el hilo de nuevo hasta caer en otro trance similar. Escribir te consume.

Aquí te propongo una solución que es una mezcla de la primera y la segunda:

Utiliza tus arrebatos creativos para planificar lo que vas a escribir,
en lugar de agotarte escribiendo para no llegar a ninguna parte.
Podrás acometer tu texto de forma ordenada y tus frenéticas sesiones serán mucho más productivas.

Y por si tienes la absurda creencia de que tu creatividad puede morir si te organizas un poco, te recomiendo la lectura de este libro para planificar y al mismo tiempo conectar con la fuente de tu propia creatividad: Productividad personal consciente, de Beatriz Blasco.

Bloqueo al escribir por exceso de perfeccionismo
Descripción
¿Esperas a que surja la idea perfecta, la frase ideal, el personaje maravilloso, la trama sin fisuras?

¿Tienes tres o cuatro versiones revisadas de tu novela y ninguna te parece satisfactoria?

Aunque, de vez en cuando, atisbas algo que no está del todo mal y te sientes más o menos bien. Pero te gustaría sentirte mejor.

Es decir, que para el año 2046 conseguirás terminar ese relato de dos páginas… ¡y aun así no te convencerá del todo!

¿Tiene esto solución? Mmmm… veamos.

Tipología
Poco que decir: eres el clásico perfeccionista y lo sabes.

Raras veces encuentras algo bien hecho o hecho a tu gusto, en casi cualquier ámbito de tu vida.

Claro que tienes derecho a ser perfeccionista, ¡faltaría más! Pero no traslades tu obsesión a los demás, porque los demás tenemos todo el derecho de ser humanos imperfectos.

Parafraseando a Goya,

La búsqueda de la perfección engendra monstruos
El caso es que no te das cuenta de la gran paradoja de todo esto: buscando la perfección de la forma, te resulta imposible ser perfecto en el fondo porque no puedes cumplir tu principal objetivo: escribir algo que merezca la pena leerse, con su correspondiente principio, desarrollo y final.

O sí que te das cuenta, lo cual te produce más ansiedad todavía.

Aquí la cuestión de fondo es:

¿Qué intentas enmascarar con el perfeccionismo?
¿Acaso un miedo a exponerte y que te juzguen severamente cuando tu obra esté acabada?

¿Acaso temes que alguien más perfeccionista que tú venga a sacarte defectos cuando lea lo que escribes?

Es decir, que el beneficio obtenido de tu bloqueo por perfeccionismo extremo puede ser no exponerte a la luz pública. Así nadie te podrá acusar de ser imperfecto, ¿verdad?

Por cierto: reconozco que este es el tipo de bloqueo que yo acostumbro a sufrir, que aquí no se libra nadie.

Pero precisamente por haber sufrido en persona este tipo de bloqueo más que cualquier otro, me sé…

El remedio de la abuela
Puedes escribir de manera muy certera si te permites un puñado de pequeños defectos sin importancia:

Algo de imperfección en tu literatura no te hará un escritor menos virtuoso, sino más humano.
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Está muy bien que escribas de manera cerebral y racional si es tu estilo, pero tus textos mejorarán mucho con una pizca de visceralidad.

Intenta canalizar tu perfeccionismo hacia una autoexigencia dentro de lo razonable y procura llevar tu intransigencia hacia la tolerancia.

Date cuenta de que buscar la perfección puede ser lícito, pero encontrarla es una utopía.

Esta frase de Anne Lamott puede ayudarte:

La única forma de escribir algo bueno es escribiendo un primer borrador
de mierda. Todos los grandes escritores lo hacen: es así como consiguen
escribir segundos borradores buenos y terceros borradores increíbles.
Variante curiosa del perfeccionista: el obsesivo
¿Revisas y cambias a cada paso lo que escribes, buscando tener un texto impecable cuando terminas tu novela?

¿Relees cada capítulo mil veces, pero nada queda como a ti te gustaría?

¿Has cambiado esa coma varias veces de lugar y sigue sin convencerte donde la has dejado?

La consecuencia es que avanzas muy lentamente, el texto se eterniza, te desesperas y terminas por agobiarte.

Cuando sientas deseos de volver hacia atrás para revisar, reprímete… porque te hartarás de corregir en la fase de revisión.

¿Para qué adelantar acontecimientos? Si corregir es precisamente tu fuerte y lo que te gusta hacer… ¡guarda lo mejor para el final!

La clave de la buena literatura no está en la escritura del primer borrador, sino en la revisión. De hecho, esta es la fase de escritura que yo denomino ESCULPIR CON PALABRAS.

Otra curiosa variante: el inseguro
Llevas meses, e incluso puede que años, documentándote para escribir tu novela sin meter la pata.

O bien te pasas días enteros, semanas o meses anotando ideas, creando fichas de personajes, sinopsis, resúmenes, mapas de ideas…

Total, que llevas un montón de tiempo preparándote para escribir esa gran historia pero en realidad nunca llegas a empezarla.

Ser coherente y preciso con lo que quieres decir es lo correcto, pero no cuando ese afán de perfeccionismo extremo coarta el proceso creativo.

Igual de negativo es evitar la fase previa de preparación a la escritura
que caer en la PARÁLISIS POR ANÁLISIS al entretenerse demasiado en ella.
A veces, «bien» es suficiente.

Algunas conclusiones que sacar de todo esto
No hay mejores o peores formas de encarar la escritura, siempre y cuando la forma de hacerlo permita obtener un resultado satisfactorio y deseado.

Cada uno escribe según su propia manera de ver el mundo y de hacer las cosas.

Cualquier rasgo limitante puede convertirse en ventaja si uno se toma
la molestia de profundizar en los por qué y los para qué hace lo que hace.
Si eres alguien caótico, puedes encontrar el encanto de ese caos para construir un estilo literario de frescura cautivadora.

Por si eres una persona empática y emotiva, intenta buscar la forma de transmitir con tu escritura esa íntima sensibilidad para el detalle.

Y si eres una persona muy cerebral orientada a los resultados, puedes transmitir con la máxima precisión aquello que quieres decir.

Escribe según eres y serás tú mismo cuando escribas, serás alguien auténtico, fiel a un estilo propio. Eso es impagable.

Por ejemplo, en el caso de que seas una persona caótica y muy creativa, busca formas alternativas de avanzar escribiendo:

Empieza a escribir por el final y llega hasta el principio de la historia yendo hacia atrás.
Escribe las escenas que tengas claras al cien por cien y luego ordénalas por el orden cronológico de tu historia.
O, simplemente, fluye escribiendo tal como te vengan las ideas a la cabeza y luego pon orden… o no.
Es lo de menos cómo lo hagas, pero hazlo a tu manera.

Puedes escribir con el corazón, sintiendo desde las tripas y poniendo toda la pasión a lo que haces… o hacerlo de manera pautada y precisa, meditando cada palabra.

Con la ayuda de estos consejos y la voluntad de encontrar un estilo literario propio, te aseguro que puedes ser imparable.

¡No podrá contigo ningún bloqueo al escribir que valga!

miércoles, 6 de julio de 2022

478. TRIPAS de Chuck Palahniuk


Charles Michael "Chuck" Palahniuk (/ˈpɔːlənɪk/ Pasco, Washington; 21 de febrero de 1962)
es un novelista satírico estadounidense y periodista independiente residente en Portland (Oregón).


TRIPAS de Chuck Palahniuk    https://www.loscuentos.net/cuentos/link/121/121609/

Tomen aire tanto aire como puedan. Esta historia debería durar el tiempo que logren retener el aliento, y después un poco más. Así que escuchen tan rápido como les sea posible.

Cuando tenía trece años, un amigo mío escuchó hablar del “pegging”. Esto es cuando a un tipo le meten un pito por el culo. Si se estimula la próstata lo suficientemente fuerte, el rumor dice que se logran explosivos orgasmos sin manos. A esa edad, este amigo es un pequeño maníaco sexual. Siempre está buscando una manera mejor de estar al palo. Se va a comprar una zanahoria y un poco de jalea para llevar a cabo una pequeña investigación personal. Después se imagina cómo se va a ver la situación en la caja del supermercado, la zanahoria solitaria y la jalea moviéndose sobre la cinta de goma. Todos los empleados en fila, observando. Todos viendo la gran noche que ha planeado.


Entonces mi amigo compra leche y huevos y azúcar y una zanahoria, todos los ingredientes para una tarta de zanahorias. Y vaselina.

Como si se fuera a casa a meterse una tarta de zanahorias por el culo.

En casa, talla la zanahoria hasta convertirla en una contundente herramienta. La unta con grasa y se la mete en el culo. Entonces, nada. Ningún orgasmo. Nada pasa, salvo que duele.

Entonces la madre del chico grita que es hora de la cena. Le dice que baje inmediatamente.

El se saca la zanahoria y entierra esa cosa resbaladiza y mugrienta entre la ropa sucia debajo de su cama.


Después de la cena va a buscar la zanahoria, pero ya no está allí. Mientras cenaba, su madre juntó toda la ropa sucia para lavarla. De ninguna manera podía encontrar la zanahoria, cuidadosamente tallada con un cuchillo de su cocina, todavía brillante de lubricante y apestosa.

Mi amigo espera meses bajo una nube oscura, esperando que sus padres lo confronten. Y nunca lo hacen. Nunca. Incluso ahora, que ha crecido, esa zanahoria invisible cuelga sobre cada cena de Navidad, cada fiesta de cumpleaños. Cada búsqueda de huevos de Pascua con sus hijos, los nietos de sus padres, esa zanahoria fantasma se cierne sobre ellos. Ese algo demasiado espantoso para ser nombrado.


Los franceses tienen una frase: “ingenio de escalera”. En francés, esprit de l’escalier. Se refiere a ese momento en que uno encuentra la respuesta, pero es demasiado tarde. Digamos que usted está en una fiesta y alguien lo insulta. Bajo presión, con todos mirando, usted dice algo tonto. Pero cuando se va de la fiesta, cuando baja la escalera, entonces, la magia. A usted se le ocurre la frase perfecta que debería haber dicho. La perfecta réplica humillante. Ese es el espíritu de la escalera.

El problema es que los franceses no tienen una definición para las cosas estúpidas que uno realmente dice cuando está bajo presión. Esas cosas estúpidas y desesperadas que uno en verdad piensa o hace.


Algunas bajezas no tienen nombre. De algunas bajezas ni siquiera se puede hablar.

Mirando atrás, muchos psiquiatras expertos en jóvenes y psicopedagogos ahora dicen que el último pico en la ola de suicidios adolescentes era de chicos que trataban de asfixiarse mientras se masturbaban. Sus padres los encontraban, una toalla alrededor del cuello, atada al ropero de la habitación, el chico muerto. Esperma por todas partes. Por supuesto, los padres limpiaban todo. Le ponían pantalones al chico. Hacían que se viera... mejor. Intencional, al menos. Un típico triste suicidio adolescente.

Otro amigo mío, un chico de la escuela con su hermano mayor en la Marina, contaba que los tipos en Medio Oriente se masturban distinto a como lo hacemos nosotros. Su hermano estaba estacionado en un país de camellos donde los mercados públicos venden lo que podrían ser elegantes cortapapeles. Cada herramienta es una delgada vara de plata lustrada o latón, quizá tan larga como una mano, con una gran punta, a veces una gran bola de metal o el tipo de mango refinado que se puede encontrar en una espada. Este hermano en la Marina decía que los árabes se ponen al palo y después se insertan esta vara de metal dentro de todo el largo de su erección. Y se masturban con la vara adentro, y eso hace que masturbarse sea mucho mejor. Más intenso.

Es el tipo de hermano mayor que viaja por el mundo y manda a casa dichos franceses, dichos rusos, útiles sugerencias para masturbarse. Después de esto, un día el hermano menor falta a la escuela. Esa noche llama para pedirme que le lleve los deberes de las próximas semanas. Porque está en el hospital.


Tiene que compartir la habitación con viejos que se atienden por sus tripas. Dice que todos tienen que compartir la misma televisión. Su única privacidad es una cortina. Sus padres no lo visitan. Por teléfono, dice que sus padres ahora mismo podrían matar al hermano mayor que está en la Marina.

También dice que el día anterior estaba un poco drogado. En casa, en su habitación, estaba tirado en la cama, con una vela encendida y hojeando revistas porno, preparado para masturbarse. Todo esto después de escuchar la historia del hermano en la Marina. Esa referencia útil acerca de cómo se masturban los árabes. El chico mira alrededor para encontrar algo que podría ayudarlo. Un bolígrafo es demasiado grande. Un lápiz, demasiado grande y duro. Pero cuando la punta de la vela gotea, se logra una delgada y suave arista de cera. La frota y la moldea entre las palmas de sus manos. Larga y suave y delgada.

Drogado y caliente, se la introduce dentro, más y más profundo en la uretra. Con un gran resto de cera todavía asomándose, se pone a trabajar.

Aun ahora, dice que los árabes son muy astutos. Que reinventaron por completo la masturbación. Acostado en la cama, la cosa se pone tan buena que el chico no puede controlar el camino de la cera. Está a punto de lograrlo cuando la cera ya no se asoma fuera de su erección.


La delgada vara de cera se ha quedado dentro. Por completo. Tan adentro que no puede sentir su presencia en la uretra.

Desde abajo, su madre grita que es hora de la cena. Dice que tiene que bajar de inmediato. El chico de la cera y el chico de la zanahoria son personas diferentes, pero tienen vidas muy parecidas.

Después de la cena, al chico le empiezan a doler las tripas. Es cera, así que se imagina que se derretirá adentro y la meará. Ahora le duele la espalda. Los riñones. No puede pararse derecho.

El chico está hablando por teléfono desde su cama de hospital, y de fondo se pueden escuchar campanadas y gente gritando. Programas de juegos en televisión.

Las radiografías muestran la verdad, algo largo y delgado, doblado dentro de su vejiga. Esta larga y delgada V dentro suyo está almacenando todos los minerales de su orina. Se está poniendo más grande y dura, cubierta con cristales de calcio, golpea y desgarra las suaves paredes de su vejiga, obturando la salida de su orina. Sus riñones están trabados. Lo poco que gotea de su pene está rojo de sangre.

El chico y sus padres, toda la familia mirando las radiografías con el médico y las enfermeras parados allí, la gran V de cera brillando para que todos la vean: tiene que decir la verdad. La forma en que se masturban los árabes. Lo que le escribió su hermano en la Marina. En el teléfono, ahora, se pone a llorar.

Pagaron la operación de vejiga con el dinero ahorrado para la universidad. Un error estúpido, y ahora jamás será abogado. Meterse cosas adentro. Meterse dentro de cosas. Una vela en la pija o la cabeza en una horca, sabíamos que serían problemas grandes.


A lo que me metió en problemas a mí lo llamo “Bucear por perlas”. Esto significaba masturbarse bajo el agua, sentado en el fondo de la profunda piscina de mis padres. Respiraba hondo, con una patada me iba al fondo y me deshacía de mis shorts. Me quedaba sentado en el fondo dos, tres, cuatro minutos.


Sólo por masturbarme tenía una gran capacidad pulmonar. Si hubiera tenido una casa para mí solo, lo habría hecho durante tardes enteras.

Cuando finalmente terminaba de bombear, el esperma colgaba sobre mí en grandes gordos globos lechosos.

Después había más buceo, para recolectarla y limpiar cada resto con una toalla. Por eso se llamaba “bucear por perlas”. Aun con el cloro, me preocupaba mi hermana. O, por Dios, mi madre.

Ese solía ser mi mayor miedo en el mundo: que mi hermana adolescente virgen pensara que estaba engordando y diera a luz a un bebé de dos cabezas retardado. Las dos cabezas me mirarían a mí. A mí, el padre y el tío. Pero al final, lo que te preocupa nunca es lo que te atrapa.

La mejor parte de bucear por perlas era el tubo para el filtro de la pileta y la bomba de circulación. La mejor parte era desnudarse y sentarse allí.


Como dicen los franceses, ¿a quién no le gusta que le chupen el culo? De todos modos, en un minuto se pasa de ser un chico masturbándose a un chico que nunca será abogado.

En un minuto estoy acomodado en el fondo de la piscina, y el cielo ondula, celeste, através de un metro y medio de agua sobre mi cabeza. El mundo está silencioso salvo por el latido del corazón en mis oídos. Los shorts amarillos están alrededor de mi cuello por seguridad, por si aparece un amigo, un vecino o cualquiera preguntando por qué falté al entrenamiento de fútbol. Siento la continua chupada del tubo de la pileta, y estoy meneando mi culo blanco y flaco sobre esa sensación. Tengo aire suficiente y la pija en la mano. Mis padres se fueron a trabajar y mi hermana tiene clase de ballet. Se supone que no habrá nadie en casa durante horas.

Mi mano me lleva casi al punto de acabar, y paro. Nado hacia la superficie para tomar aire. Vuelvo a bajar y me siento en el fondo. Hago esto una y otra vez.

Debe ser por esto que las chicas quieren sentarse sobre tu cara. La succión es como una descarga que nunca se detiene. Con la pija dura, mientras me chupan el culo, no necesito aire. El corazón late en los oídos, me quedo abajo hasta que brillantes estrellas de luz se deslizan alrededor de mis ojos. Mis piernas estiradas, la parte de atrás de las rodillas rozando fuerte el fondo de concreto. Los dedos de los pies se vuelven azules, los dedos de los pies y las manos arrugados por estar tanto tiempo en el agua.

Y después dejo que suceda. Los grandes globos blancos se sueltan. Las perlas. Entonces necesito aire. Pero cuando intento dar una patada para elevarme, no puedo. No puedo sacar los pies. Mi culo está atrapado.

Los paramédicos de emergencias dirán que cada año cerca de 150 personas se quedan atascadas de este modo, chupadas por la bomba de circulación. Queda atrapado el pelo largo, o el culo, y se ahoga. Cada año, cantidad de gente se ahoga. La mayoría en Florida.

Sólo que la gente no habla del tema. Ni siquiera los franceses hablan acerca de todo. Con una rodilla arriba y un pie debajo de mi cuerpo, logro medio incorporarme cuando siento el tirón en mi culo. Con el pie pateo el fondo. Me estoy liberando pero al no tocar el concreto tampoco llego al aire. Todavía pateando bajo el agua, revoleando los brazos, estoy a medio camino de la superficie pero no llego más arriba. Los latidos en mi cabeza son fuertes y rápidos.

Con chispas de luz brillante cruzando ante mis ojos me doy vuelta para mirar... pero no tiene sentido. Esta soga gruesa, una especie de serpiente azul blancuzca trenzada con venas, ha salido del desagüe y está agarrada a mi culo. Algunas de las venas gotean rojo, sangre roja que parece negra bajo el agua y se desprende de pequeños rasguños en la pálida piel de la serpiente. La sangre se disemina, desaparece en el agua, y bajo la piel delgada azul blancuzca de la serpiente se pueden ver restos de una comida a medio digerir.

Esa es la única forma en que tiene sentido. Algún horrible monstruo marino, una serpiente del mar, algo que nunca vio la luz del día, se ha estado escondido en el oscuro fondo del desagüe de la pileta, y quiere comerme.

Así que la pateo, pateo su piel resbalosa y gomosa y llena de venas, pero cada vez sale más del desagüe. Ahora quizá sea tan larga como mi pierna, pero aún me retiene el culo. Con otra patada estoy a unos dos centímetros de lograr tomar aire. Todavía sintiendo que la serpiente tira de mi culo, estoy a un centímetro de escapar.

Dentro de la serpiente se pueden ver granos de maíz y maníes. Se puede ver una brillante bola anaranjada. Es la vitamina para caballos que mi padre me hace tomar para que gane peso. Para que consiga una beca gracias al fútbol. Con hierro extra y ácidos grasos omega tres. Ver esa pastilla me salva la vida.

No es una serpiente. Es mi largo intestino, mi colon, arrancado de mi cuerpo. Lo que los doctores llaman prolapso. Mis tripas chupadas por el desagüe.

Los paramédicos dirán que una bomba de agua de piscina larga 360 litros de agua por minuto. Eso son unos 200 kilos de presión. El gran problema es que por dentro estamos interconectados. Nuestro culo es sólo la parte final de nuestra boca. Si me suelto, la bomba sigue trabajando, desenredando mis entrañas hasta llegar a mi boca. Imaginen cagar 200 kilos de mierda y podrán apreciar cómo eso puede destrozarte.

Lo que puedo decir es que las entrañas no sienten mucho dolor. No de la misma manera que duele la piel. Los doctores llaman materia fecal a lo que uno digiere. Más arriba es chyme, bolsones de una mugre delgada y corrediza decorada con maíz, maníes y arvejas.

Eso es la sopa de sangre y maíz, mierda y esperma y maníes que flota a mi alrededor. Aún con mis tripas saliendo del culo, conmigo sosteniendo lo que queda, aún entonces mi prioridad era volver a ponerme el short. Dios no permita que mis padres me vean la pija.

Una de mis manos está apretada en un puño alrededor de mi culo, la otra arranca el short amarillo del cuello. Pero ponérmelos es imposible.

Si quieren saber cómo se sienten los intestinos, compren uno de esos condones de piel de cabra. Saquen y desenrollen uno. Llénenlo con mantequilla de maní, cúbranlo con lubricante y sosténganlo bajo el agua. Después traten de rasgarlo. Traten de abrirlo en dos. Es demasiado duro y gomoso. Es tan resbaladizo que no se puede sostener. Un condón de piel de cabra, eso es un intestino común.

Ven contra lo que estoy luchando.

Si me dejo ir por un segundo, me destripo.

Si nado hacia la superficie para buscar una bocanada de aire, me destripo.

Si no nado, me ahogo.

Es una decisión entre morir ya mismo o dentro de un minuto. Lo que mis padres encontrarán cuando vuelvan del trabajo es un gran feto desnudo, acurrucado sobre sí mismo. Flotando en el agua sucia de la piscina del patio. Sostenido por atrás por una gruesa cuerda de venas y tripas retorcidas. El opuesto de un adolescente que se ahorca cuando se masturba. Este es el bebé que trajeron del hospital trece años atrás. Este es el chico para el que deseaban una beca deportiva y un título universitario. El que los cuidaría cuando fueran viejos. Aquí está el que encarnaba todas sus esperanzas y sueños. Flotando, desnudo y muerto. Todo alrededor, grandes lechosas perlas de esperma desperdiciada.

Eso, o mis padres me encontrarán envuelto en una toalla ensangrentada, desmayado a medio camino entre la piscina y el teléfono de la cocina, mis desgarradas entrañas todavía colgando de la pierna de mis shorts amarillos. Algo de lo que ni los franceses hablarían.

Ese hermano mayor en la Marina nos enseñó otra buena frase. Rusa. Cuando nosotros decimos: “Necesito eso como necesito un agujero en la cabeza”, los rusos dicen: “Necesito eso como necesito un diente en el culo”. Mne eto nado kak zuby v zadnitse. Esas historias sobre cómo los animales capturados por una trampa se mastican su propia pierna; cualquier coyote puede decir que un par de mordiscos son mucho mejores que morir.

Mierda... aunque seas ruso, algún día podrías querer esos dientes. De otra manera, lo que tenés que hacer es retorcerte, dar vueltas. Enganchar un codo detrás de la rodilla y tirar de esa pierna hasta la cara. Morder tu propio culo. Uno se queda sin aire y mordería cualquier cosa con tal de volver a respirar.

No es algo que te gustaría contarle a una chica en la primera cita. No si querés besarla antes de ir a dormir. Si les cuento qué gusto tenía, nunca nunca volverían a comer calamares.

Es difícil decir qué les disgustó más a mis padres: cómo me metí en el problema o cómo me salvé. Después del hospital, mi madre dijo: “No sabías lo que hacías, amor. Estabas en shock”. Y aprendió a cocinar huevos pasados por agua.

Toda esa gente asqueada o que me tiene lástima... la necesito como necesito dientes en el culo.

Hoy en día, la gente me dice que soy demasiado delgado. En las cenas, la gente se queda silenciosa o se enoja cuando no como la carne asada que prepararon. La carne asada me mata. El jamón cocido. Todo lo que se queda en mis entrañas durante más de un par de horas sale siendo todavía comida. Chauchas o atún en lata, me levanto y me los encuentro allí en el inodoro.

Después de sufrir una disección radical de los intestinos, la carne no se digiere muy bien. La mayoría de la gente tiene un metro y medio de intestino grueso. Yo tengo la suerte de conservar mis quince centímetros. Así que nunca obtuve una beca deportiva, ni un título. Mis dos amigos, el chico de la cera y el de la zanahoria, crecieron, se pusieron grandotes, pero yo nunca llegué a pesar un kilo más de lo que pesaba cuando tenía trece años. Otro gran problema es que mis padres pagaron un montón de dinero por esa piscina. Al final mi padre le dijo al tipo de la piscina que fue el perro. El perro de la familia se cayó al agua y se ahogó. El cuerpo muerto quedó atrapado en el desagüe. Aun cuando el tipo que vino a arreglar la piscina abrío el filtro y sacó un tubo gomoso, un aguachento resto de intestino con una gran píldora naranja de vitaminas aún dentro, mi padre sólo dijo: “Ese maldito perro estaba loco”. Desde la ventana de mi pieza en el primer piso podía escuchar a mi papá decir: “No se podía confiar un segundo en ese perro...”.

Después mi hermana tuvo un atraso en su período menstrual.

Aun cuando cambiaron el agua de la pileta, aun después de que vendieron la casa y nos mudamos a otro estado, aun después del aborto de mi hermana, ni siquiera entonces mis padres volvieron a mencionarlo.

Esa es nuestra zanahoria invisible.

Ustedes, tomen aire ahora.

Yo todavía no lo hice.


Charles Michael "Chuck" Palahniuk (/ˈpɔːlənɪk/ Pasco, Washington; 21 de febrero de 1962) es un novelista satírico estadounidense y periodista independiente residente en Portland (Oregón). Es famoso por su galardonada novela El club de la lucha, que posteriormente David Fincher adaptó al cine. En torno a su web oficial se reúne uno de los mayores grupos de seguidores de escritores en Internet. Sus obras, similares en estilo a las de Bret Easton Ellis, Irvine Welsh y Douglas Coupland, le han hecho uno de los novelistas más populares de la Generación X.

477. 2) Las tripas del cuento (Chuck Palaniuk)

476. 1) Un cuento siempre cuenta dos historias (Piglia)

martes, 5 de julio de 2022

475. Los mejores haikus de Matsuo Bashō

 Página para consultar: https://elreflejodeuzume.blogspot.com/

Los mejores haikus de Matsuo Bashō (y lo que puedes aprender de ellos)

 CARLES ROSELLÓ LENGUAJE Y ESTILO 305 COMENTARIOS

https://creatividadparaescritores.com/estilo/haikus-matsuo-basho/

¿Qué es un haiku?

Un haiku es una composición poética japonesa tradicional.

Los haikus son poemas extremadamente breves y están formados (en su versión japonesa) por un total de 17 sílabas distribuidas en tres versos de 5, 7 y 5 sílabas respectivamente.

Originariamente el haiku se conocía como hokku y era el patrón de composición utilizado en un tipo de poema más extenso denominada renga. Cuando este patrón empezó a utilizarse como unidad independiente, adquirió el nombre de haiku.

La temática tradicional del haiku es el entorno natural y suele estar ligada al paso de las estaciones. Sin embargo, su característica más singular (al margen de la extensión) es la costumbre de construirlos en base a dos imágenes o ideas que el autor quiere relacionar.

¿Puedes identificar estas dos ideas en el siguiente ejemplo?

Flores de cerezo en el cielo oscuro entre ellas la melancolía floreceMatsuo Bashō

¿Quién fue Matsuo Bashō?

Matsuo Bashō vivió en el siglo XVII y es, probablemente, el poeta japonés mejor conocido en occidente.

Hijo de un samurái de bajo rango, nació cerca de Ueno y algunos biógrafos cuentan que fue cocinero de profesión. Ya desde joven cultivó la poesía y a lo largo de su vida adquirió una fama notable.

Su obra incluye diversos géneros poéticos pero sus haikus son las composiciones más conocidas.

Bashō fue uno de los primeros en dignificar el haiku como forma poética ya que en su época escribirlos se consideraba más bien una actividad social. Lo cual, dicho de paso, da que pensar sobre la “progresión” de las actividades sociales a lo largo de los siglos...

Cómo leer haikus

Como cualquier composición poética, pero tal vez aún más debido a su extrema brevedad, los haikus necesitan ser leídos con detenimiento, degustando las palabras, casi cerrando los ojos para captar mejor su sabor.

Los haikus suelen ser composiciones muy visuales y los apreciarás mucho mejor si dedicas algo de tiempo a imaginar las escenas que sugieren.

Por qué debería importarte la poesía aunque sólo escribas prosa

Si escribir prosa es pintar a brochazos, escribir poesía es pintar con pincel.

La poesía, esa criatura a medio camino entre la literatura y la música, requiere un control preciso y sutil del lenguaje. En ella, debido a los requerimientos de métrica y rima, encontrarás, condensados, los recursos de estilo que permiten utilizar toda la capacidad expresiva del lenguaje.

Aunque tu intención sea escribir prosa, comprender los recursos de la poesía te permitirá controlar mejor tu escritura y hacerla más bella y eficaz.

Los mejores haikus de Matsuo Bashō

En la siguiente selección (totalmente personal) encontrarás mis haikus preferidos junto con un breve comentario.

El objetivo del comentario es destacar una (y solo una) de las virtudes de cada haiku para que, al tiempo que pasas un rato agradable, (re)descubras recursos estilísticos que te ayudarán a enriquecer tu prosa.

1

Al sentirme enfermo durante el viaje mis sueños vagaron sobre un campo de yerba seca

¿Cuál es el sujeto de esta frase?

Exacto. "Mis sueños".

Mis sueños vagaron... Mis sueños volaron... sobre un campo de hierba seca.

Casi podemos revivir ese vuelo onírico en el que, desde la perspectiva de una golondrina, Bashō vagó sobre un campo de hierba seca.

¿Pero qué hubiera ocurrido si el poeta hubiese utilizado una construcción más natural y se hubiera colocado a sí mismo como sujeto?

Al sentirme enfermo durante el viaje
soñé que vagaba
sobre un campo de hierba seca.

¿No es lo mismo, verdad?

En ocasiones, reorganizar una frase y colocar en el sujeto un elemento inesperado puede dar una fuerza nueva lo que estábamos diciendo. Merecerá la pena probarlo cuando alguna de tus frases no funcione.




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