En la noche
estrellada, la lechuza parada en un tronco ulula. Todo es tenebroso en el
bosque, los árboles quieren agarrarte para llevarte lejos de tu ciudad.
Te sientes
temerosa, sin saber que pasará, si no encuentras las huellas, que marcaste en
el camino para regresar.
Aunque Esperanza,
la amiga que siempre está contigo en ese lugar, te invita a conocer su casa. Bajo
un leño gigante entramos.
Te sirve unas
galletas horneadas con queso y miel.
¿Qué delicia,
pienso? Sos muy buena conmigo, no se que hubiera hecho si tú no me encontrabas,
estaría perdida en la gran oscuridad.
En ese momento
ella me cuenta:
—Todavía
debemos enfrentarnos al monstruo de las plantas, que quiere invadir nuestro
territorio.
— ¿Y nosotros
que podemos hacer para liberarnos de él?
—
Usemos mi polvo mágico que deja paralizado a todo aquel
que nos maldice.
Entonces el
monstruo arboloide empieza a tirarnos llamas de fuego, pero con la magia queda
inmóvil por un momento.
Luego el mundo
se transforma en un planeta imaginario que me deja sorprendida porque con
Esperanza viajamos al centro de la selva, en la que estamos inmersas.
Cuando de
repente vemos en el cielo estallar una estrella de luz que impacta en nuestros
cuerpos y nos da seguridad, pero se confunde con las sombras que explotan por
el aire quedando atrapadas en la realidad.
Natalia Julieta Manrile
Morteros, 11/10/2012
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