Sillón
de perfumes maduros de frutas silvestres,
Hueles
a suaves arco iris de coloridos tiempos,
En
tu piel yace la geografía vacía de tu cuerpo,
Golondrina
libre de aromas y silencios.
¡Resuena
en mi, tu voz,
Tu
mirada, tus antiguos cielos!
Sillón
que mira esperando ser habitado,
por otras manos y dedos.
Pero
fuiste salpicado en este basto mar,
en misteriosa lluvia de ensueños.
Nona,
naciste en el inicio del 1900
y
como barco que llega a puerto.
Amarraste
tus días,
En
ese sillón de aquel pueblo.
Marcelo E. Pavese
No hay comentarios:
Publicar un comentario