El sol cae con un racimo de
pájaros Desdibujándose allí como
Un gran amor en el olvido
Lozania sabia, sabe que la campana
Redobla el sonido de la vida
Largas jornadas, horas bajo el sol
Y las inclemencias del tiempo
La silueta de la estancia
Y los campos no se ven
Se van fugados
Bajo un monte de bruma y pesadumbre
Y la magia dulce del
sonido de las copas
De los árboles
Caminos saturados de tantas vueltas
Que al marcharse las luces
Quedan dormidas y nuestra sombra
Al amparo de la luna
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