Los enamorados, van a servir al Amor;
y los campos florecen
con los trigos que crecen.
El canto de las aves, resuena en mi ser.
Te mezclas con la leche que endulza mi piel
por la tarde con dulzor a miel.
Aunque termine el día, deshojo mis angustias
sobre el alba de la noche, vuelan mis penas,
como danzas de sirenas.
Descuelgo el camino,
desde un sendero prohibido.
Sueño que voy contigo
a la nave de tu abrigo.
Natalia Julieta Mandrile
Morteros, 23/07/2015
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