¡Carpe Diem, aprovecha el día!
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y la poesía, sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar un verso.
No dejes nunca de soñar,
porque sólo en sueños puedes ser libre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio del alma.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes. Huye.
“Yo emito mis alaridos por los tejados de este mundo”, dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
No traiciones tus creencias, todos merecemos ser aceptados.
No podemos remar en contra de nosotros mismos:
eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron,
de nuestros “Poetas Muertos”,
te ayudarán a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “Poetas Vivos”.
No permitas que la vida te pase, sin que tú la vivas…
“CARPE DIEM” es una locución latina que literalmente
significa 'toma el día', que quiere decir 'aprovecha el momento', en el sentido
de no malgastarlo. Fue acuñada por el poeta romano Horacio (Odas, I, 11): “Carpe diem, quam minimum credula postero”
= "aprovecha el día, no confíes en el mañana" (trad.)1
El adagio latino podría equivaler a oraciones en
castellano como «no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy» o «vive cada
momento de tu vida como si fuese el último».
Es un tópico literario, o tema recurrente, en la
literatura universal como exhortación a no dejar pasar el tiempo que se nos ha
brindado y a disfrutar los placeres de la vida dejando a un lado el futuro, que
es incierto. Cobra especial importancia en el Renacimiento, en el Barroco y en
el Romanticismo.
Este tópico respecto a las diferentes épocas literarias
ha ido variando en la forma de entenderlo. Durante el periodo de la Edad Media
era entendido como: "vive el momento porque vas a morir pronto".
Después, durante el Renacimiento, los ideales de belleza y perfección hicieron
entenderlo de la siguiente forma: "vive el momento porque vas a envejecer
pronto". Finalmente en la época Barroca este tema se volvió a interpretar
de la misma forma que en la Edad Media, pero con bastante más intensidad en
cuanto a la muerte.
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