Con sus troncos alargados,
en la humedad del bosque.
Los álamos crecen,
como si fueran soñadores
que se entremezclan,
con el aroma de flores multicolores.
Parecen seres,
que quieren tocar el cielo
y en un abrir y cerrar de ojos.
Les aparecen brazos que tocan tu cuerpo.
Natalia Julieta Mandrile
Morteros, 04/11/2013
4 comentarios:
muy bueno Natalia tu poema
Lindo
Gracias.
Gracias.
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