Por el camino me cruzo con un amigo imaginario que me ayuda a seguir, me enseña su música que es lo que brilla en su interior, entre tanto esplendor me pregunto:
- ¿ Es el cielo azul de porcelana?
- ¿ O es el espinillo como una herida punzante que atraviesa mi corazón?
- ¿ O es una nueva situación que debo atravesar?
Y respondo:
- Es como navegar sin rumbo por un laberinto de cristal, en el que estalla mi cuerpo como si fueran vidrios rotos que rebotan y salen de mi.
En medio de la nada descubro un nuevo horizonte, experimento que mi mundo esta en esa simpleza del grillo al cantar, así soy yo.
Natalia Julieta Mandrile
Morteros, 17/04/2013
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