Abro mis manos y las palabras
brincan presurosas, se engarzan
y fluyen hacia las almas.
Con letras cadenciosas en las baladas,
trinos melodiosos en los cantos,
duras espadas en las demandas,
susurros angelicales en las nanas,
trémulas y enamoradas en las serenatas.
Abro mis manos, y ahí descansan.
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1 comentario:
¡Encantadores versos, Griselda! 😋
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