Zulema Gandolfo
¿Qué
significa acogerse a los beneficios jubilatorios?
Resumen:
Uno de los principales
puentes que es necesario atravesar en la edad madura es el originado por
la jubilación.
Su impacto en la psiquis del ser
humano no depende del significado que se le dé a la posibilidad de desempeñar
otros papeles en la sociedad.
Planteamiento:
Las actitudes hacia el
estado jubilatorio suelen ser ambivalentes generando en algunas personas una
fuerte sensación de vacío y, en otras, una puerta abierta a nuevos proyectos.
Aquí no hay vueltas que
darle a la cuestión: un día uno está en el trabajo y al día siguiente…¡ya no lo
está! Nos “quedamos afuera”, con “la ñata contra el vidrio”, como diría un
viejo tango, mirando lo que hacen “los que están adentro”.
A diario podemos observar
que alguno sufre consecuencias negativas como estrés por el cambio de hábitos,
sintomatología depresiva como: soledad, reducción de la autoestima, cambios en
las relaciones sociales.
Y es en este preciso
momento cuando el jubilado intenta prolongar su “estadía” en el espacio donde
se desempeñaba poniéndose a disposición de las personas en actividad con el
objeto de seguir perteneciendo. Se da cuenta que necesita estar dentro, que
alguien lo espere porque lo considera valioso, quiere seguir estando incluido,
hacerse visible, interactuar con quienes lo hacía habitualmente.
Entonces se da cuenta que
le cuesta aceptar ese “rol sin rol” que le impone el nuevo estado porque
todavía no se siente jubilado; pero tampoco es un desempleado. Observa
horrorizado que, este salto en el tiempo, con “una vida laboral interrumpida”
lo “desafilia”, según el concepto acuñado por Robert Castell en su libro “La
Metamorfosis de la cuestión social”.
Aceptar los cambios en el
rol individual y social que nos ofrece el cruce del puente es emparentarse con
la filosofía de quien escribió “El hombre en busca de sentido” (Viktor Frankl).
Las investigaciones afirman
que el nivel de estudios del jubilado condiciona la forma en que vive esta
etapa: a mayor nivel educativo, menor ansiedad y depresión.
El camino del ocio
terapéutico nos enseña a gestionar el tiempo libre abriendo un abanico de
nuevas oportunidades.
Conclusión:
Trasponer el puente hacia
un horizonte nuevo inunda de dicha a quien se da cuenta que tiene la capacidad
de producir una cosa a partir de la nada, hacer que algo comience a existir,
componer, investir, imaginar, fundar, parir por primera vez; en otras palabras,
crear algo y darle forma.
Descubrir que podemos ser
felices poniendo en marcha nuestra creatividad nos acerca a las artes. Ellas
limpian el alma de los antiguos dolores y, al poco tiempo, introspectivamente
observamos que nuestro cerebro piensa diferente.
Transitar nuevos caminos
generando proyectos nos ennoblece y dignifica posibilitando una vida sana.
Ser capaces de no quedar
amarrados a los barcos que ya se hicieron a la mar nos enorgullece todavía más.
Ensayo de Zulema Gandolfo, directora de escuela primaria jubilada y participante del Taller Literario