Tus manos se deslizan en mi piel,
como suave seda.
La delicada ropa de tu vestido,
que en mí se queda.
Las Flores son el aroma
que penetran mis pupilas,
y me asombra.
Tu mirada,
es el cielo en mis ojos
que relucen mis luces
en el rojo reflejo
de un mágico espejo.
El rugido del viento,
entre árboles que danzan
y se mueven al reboloteo de la brisa.
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