El viento enciende la piel con sueños acorralados; eclipsan la sensatez, el deber ser, lo cotidiano. Campanillas de emociones suenan en el alma, a destajo... Los árboles guardan las voces de un remolino turbado. ¡Qué decir de aquel sendero hecho alfombra! Encaprichado... que sostiene entre sus pliegues algún secreto olvidado de aquel que arriesga lo cierto para volar en pedazos. ¿Piensas que tal vez se gana o se pierde en este juego? Nadie sopesa los costos... Se vive...Se es feliz... Se restaura un mundo deshilachado...
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