A mis talleristas, buscadoras de sueños.
Escribo
para traer hasta aquí
al
poema…
pero lo
llama una rosa
en la incandescencia del día
y me
traen canciones nuevas
los
trinos de las aves.
Una de
mis manos
columpia
las palabras.
A ellas
les crecen alas
y se
deslizan con el viento
hacia el
perfume del jazmín.
Cuando
les crecen escamas,
son
peces de oro y plata
y
chapotean entre mis deseos.
Un
señuelo les puse
para
tentarlas,
pero
ellas huyen incansables.
Son
resbaladizas
y se van
sonriendo
por las
burbujas del silencio.
Acepta
este regalo y mi disculpa:
quise
tallarte unos versos de jade
desde la
expresión de mis entrañas,
pero
estoy distraída
por el
corazón de diciembre.
Marta Alicia Pereyra
Morteros, 06-12-16
Despedida del 13º año del Taller
Literario “Despertares”
No hay comentarios:
Publicar un comentario